quarta-feira, 27 de abril de 2011

Carta de lider de Pink Floyd en apoyo a Palestina





Por: Roger Water

14 de marzo de 2011

En 1980, una canción que escribí, Another Brick in the Wall Part 2, fue prohibida por el gobierno de África del Sur porque era usada por los niños negros sudafricanos para reivindicar su derecho a una educación igual. Ese gobierno del apartheid impuso un bloqueo cultural, por así decir, sobre algunas canciones, incluida la mía.
Veinticinco años más tarde, en 2005, niños palestinos que participaban de un festival en la Cisjordania usaron la canción para protestar contra el muro del apartheid israelí. Ellos y ellas cantaban: “¡No necesitamos la ocupación! ¡No necesitamos el muro racista!” En ese tiempo, yo no había visto con mis propios ojos aquello sobre lo que ellos estaban cantando.

Un año más tarde, en 2006, fui contratado para actuar en Tel Aviv.

Palestinos del movimiento de boicot académico y cultural a Israel me exhortaron a reconsiderarlo. Yo ya me había manifestado contra el muro, pero no creía que un boicot cultural fuese una vía correcta. Los palestinos defensores del boicot me pidieron que visitase el territorio palestino ocupado para ver el muro con mis ojos antes de tomar una decisión. Yo acepté.

Bajo la protección de las Naciones Unidas visité Jerusalén y Belén. Nada podía haberme preparado para aquello que vi ese día. El muro es un edificio repulsivo. Está custodiado por jóvenes soldados israelíes que me trataron, observador casual de otro mundo, con una agresión llena de desprecio. Si así fue conmigo, un extranjero, imaginen lo que debe ser con los palestinos, con los subproletarios, con los portadores de autorizaciones. Supe entonces que mi conciencia no me permitiría apartarme de ese muro, del destino de los palestinos que conocí, personas cuyas vidas son aplastadas diariamente de mil y una maneras por la ocupación de Israel. En solidaridad, y de alguna forma por impotencia, escribí en el muro, aquel día: “No necesitamos del control de las ideas”.

Considerando en ese momento que mi presencia en un escenario de Tel Aviv iba a legitimar involuntariamente la opresión que yo acababa de presenciar, cancelé mi concierto en un estadio de fútbol en Tel Aviv y lo cambié para Neve-Shalom, una comunidad agrícola dedicada a criar pollitos y también, admirablemente a la cooperación entre personas de creencias diferentes, donde musulmanes, cristianos y judíos viven y trabajan lada a lado en armonía.

Contra todas las expectativas, este acto se transformó en el mayor evento musical de la corta historia de Israel. Para asistir, unos 60 mil fans lucharon contra los embotellamientos del tránsito. Fue extraordinariamente conmovedor para mí y para la banda y, al finalizar el concierto, obligado a exhortar a los jóvenes presentes a exigir a su gobierno para alcanzar la paz con sus vecinos y para que respete los derechos civiles de los palestinos que viven en Israel.

Desgraciadamente, en los años que siguieron, el gobierno israelí no realizó ninguna tentativa de implementar una legislación que garantizara a los árabes israelíes derechos civiles iguales a los que tienen los judíos israelíes, y el muro creció inexorablemente, anexando cada vez más la franja occidental.

Aprendí en ese día de 2006, en Belén, algo de lo que significa vivir bajo la ocupación, encarcelado tras un muro. Significa que un agricultor palestino tiene que ver cómo se arrancan olivares centenarios. Significa que un estudiante palestino no puede ir a la escuela porque el paso de control está cerrado. Significa que una mujer puede dar a luz en un auto, porque el soldado no la dejará pasar hasta el hospital que está a diez minutos de ese lugar. Significa que un artista palestino no puede viajar al extranjero para exhibir su trabajo o para mostrar un film en un festival internacional.

Para la población de Gaza, encerrada en una prisión virtual atrás del muro del bloqueo ilegal de Israel, significa otra serie de injusticias. Significa que los niños van a la cama con hambre, muchos de ellos desnutridos crónicamente. Significa que padres y madres, impedidos de trabajar en una economía diezmada, no tienen medios de sustentar a sus familias. Significa que estudiantes universitarios con becas para estudiar en el extranjero tienen que encontrar una oportunidad para escapar porque no son autorizados a viajar.
En mi opinión, el control repugnante y draconiano que ejerce Israel sobre los palestinos de Gaza cercados y los palestinos de la Cisjordania ocupada (incluyendo Jerusalén oriental), así como la negación del derecho de los refugiados de regresar a sus casas en Israel, exige que las personas con sentido de justicia en todo el mundo apoyen a los palestinos en su resistencia civil, no violenta.

Allá donde los gobiernos se niegan a actuar, las personas deben hacerlo, con los medios pacíficos que tuvieren a su disposición. Para algunos esto significó unirse a la Marcha de la Libertad de Gaza; para otros, esto significó unirse a la flotilla humanitaria que intentó llevar a Gaza la muy necesitada ayuda humanitaria.
Para mí eso significa declarar mi intención de mantenerme solidario, no sólo con el apoyo al pueblo de la Palestina, sino con muchos miles de israelíes que disienten con las políticas racistas y coloniales de su gobierno, uniéndome a la campaña del Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra Israel, hasta que otorgue los tres derechos humanos básicos exigidos por la ley internacional.

1. Poniendo fin a la ocupación y a la colonización de todas las tierras árabes (ocupadas desde 1967) y desmantelando el muro;

2. Reconociendo los derechos fundamentales de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel en plena igualdad; y
3. Respetando, protegiendo y promoviendo los derechos de los refugiados palestinos de regresar a sus casas y propiedades como estipula la Resolución 194 de las Naciones Unidas.

Mi convicción nace de la idea de que todas las personas merecen derechos humanos básicos. Mi posición no es antisemita. Esto no es un ataque al pueblo de Israel. Esto es, por lo tanto, un llamado a mis colegas de la industria de la música y también a los artistas de otras áreas para que se unan al boicot cultural.

Los artistas tuvieron razón de negarse a actuar en Sun City, en África del Sur, hasta que cayó el apartheid, y hasta que blancos y negros gozasen de los mismos derechos. Y nosotros tenemos derechos a negarnos a actuar en Israel hasta que llegue el día –y ese día llegará seguramente– en que caiga el muro de la ocupación y los palestinos vivan al lado de los israelíes en paz, libertad, justicia y la dignidad que todos ellos merecen.

* Roger Waters es un músico que fue uno de los miembros fundadores del grupo de rock Pink Floyd. Fuente: http://imeu.net, 7 de marzo de 2011, traducción para www.sinpermiso.info: Carlos Abel Suárez.



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Atualizado em  4/3/2012:

Roger Waters-We Shall Overcome-Legenda em Português




 
Roger Waters gravou este video recentemente (primeiro semestre de 2011) para capa de We Shall Overcome.

Como parte de um projeto audacioso e criativo, Roger waters depois de quase 12 anos sem nenhum trabalho novo, apresenta um remake do clássico The Wall que marcou a história do Pink Floyd, em 1979.

Como parte desse novo trabalho -- The Wall 2010 -- outside the wall - Segue a linda música We shall. Overcome

Informações obtidas do site do Fã Club internacional de roger Waters, o RogerWaters.org

 Fonte: http://www.youtube.com/watch?v=l7hmUm570Lw


 

terça-feira, 26 de abril de 2011

EGÍPCIOS QUEREM ANULAR ACORDOS COM ISRAEL


A maioria dos egípcios manifestaram o desejo de anular o tratado de paz com Israel

The majority of Egyptians have expressed their desire to cancel the peace treaty with Israel

أغلبية المصريين يعربون عن رغبتهم في الغاء معاهدة السلام المبرمة مع إسرائيل

الثلاثاء 26 إبريل 2011م



أعرب اكثر من نصف المصريين عن رغبتهم في الغاء معاهدة السلام المبرمة مع إسرائيل . ويستدل من استطلاع للرأي العام اجراه معهد ابحاث امريكي ان %36 فقط من المستطلعة اراؤهم في مصر يؤيدون اتفاقية كامب ديفيد . 



وبحسب استطلاع الراي فان 22 فقط من المصريين يرون ان تعامل الولايات المتحدة مع ثورة الخامس والعشرين من يناير كان ايجابيا . 


ويتضح ايضا ان سكان مصر متفائلين ازاء مستقبل بلادهم بعد هذه الثورة.

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26/04/2011

Mais da metade dos egípcios querem cancelar o tratado de paz com Israel. Isto sugere uma pesquisa de opinião pública realizada pelo Instituto de Pesquisa dos EUA: apenas 36% dos entrevistados no Egito apóiam o tratado de Camp David.

Segundo a sondagem, somente 22% dos egípcios acreditam que os Estados Unidos lidaram com a revolução de 25 de Janeiro de forma positiva.

Está claro que a população do Egito também está otimista sobre o futuro do seu país após a revolução.

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More  than half of the Egyptians  wanted to cancel the peace treaty with Israel. This suggests a public opinion poll conducted by the Research Institute of the U.S.:  only 36% of the respondents in Egypt supported the Camp David.


According to the opinion poll, 22%  only of Egyptians believe that the United States dealing with the revolution of the twenty-fifth of January was positive.


It is clear that the population of Egypt is also optimistic about the future of their country after the revolution.

Tradução/Translation: Emir Mourad

Fonte/Source: http://www.pead.ps/news.php?action=show&id=8612

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Poll: Egyptians Still Optimistic About Future, Split on Who Should Lead

EGYPT -- April 25, 2011 at 2:50 PM EDT     

By: Talea Miller
Anti-government protesters in Tahrir Square February 10, one day before President Mubarak resigned. Photo by Getty.

Egyptians are still positive about the country's future but uncertain of the prospects for free and fair elections, according to a new poll released Monday, taken nearly two months after former president Hosni Mubarak stepped down. They remain negative about both their 1979 peace treaty with Israel and about the United States.

Of the 1,000 Egyptians polled March 24 to April 7 for the Pew Research Center Global Attitudes project, 65 percent say they are satisfied with the way things are going in the country, up from 28 percent in 2010, and 57 percent are optimistic about the future.

While an overwhelming majority -- 77 percent -- say Mubarak resigning was a good thing, only 41 percent say it is very likely the next election will be free and fair. A less confident 43 percent said the prospect is somewhat likely. Overall support for democracy remains high, at 71 percent, up from 60 percent in 2010.

"The most striking thing about the survey is how exultant the Egyptian public remains," said Andrew Kohut, president of the Pew Research Center. "The fact that the public is embracing both traditional sources of power and many of the agents of change at almost equal levels of acceptance."

The military is in very good standing with the people, according to the poll, with 88 percent rating it as a good influence in the country, higher than any other institution. Military chief Mohamed Tantawi is rated favorably by 90 percent of respondents, above other leadership figures, including former IAEA head Mohamed ElBaradei, and just higher than Amr Moussa, current head of the Arab League.

The relatively secular April 6 youth movement and the Muslim Brotherhood are both broadly popular as well.

But respondents were split on who should lead the next government, with 20 percent supporting the New Wafd party, 17 behind the Muslim Brotherhood, 16 for the al-Ghad party and 21 percent responding they "don't know."

Shibley Telhami, the Anwar Sadat Professor for Peace and Development at the University of Maryland, College Park, who was not involved in the poll, points to the changing political landscape as the root of this uncertainty.

"A lot of the young people behind the revolution and a lot of the people supporting them are probably not particularly happy with any of the parties, and there are new parties that are forming now and just starting up," he said. The challenge for these parties will be to build support and name recognition in a short period of time before elections are held.

The majority of Egyptians would also like to see the country's decades-old peace agreement with Israel annulled, by a margin of 54 to 36 percent.

Kohut said that finding was not surprising, given there was no real public support for the treaty when it was signed in 1979.

"It's a long-standing treaty, but more than 90 percent of Egyptians have a negative opinion of Jews, [and] 80 percent of Egyptians think it's hard to see Israel coexisting with equal rights for the Palestinian people," he said.

Telhami said the results coincide with what he's seen in the country in recent years.

"We have known [the Egyptian people] are more angry with Israel over the past several years than almost any other segment of the Arab public that I measure," he said. "But I wouldn't take it too seriously for it being consequential for policy because in the end, parties have not yet made this case."

The poll revealed a range of attitudes towards religion, with religious leaders rated as a good influence on the country by 81 percent of those polled, but Pew notes that only 29 percent of respondents gave "very good" ratings for religious leaders this year, while 43 percent did in 2007.

Respondents were split in their views on Islamic fundamentalists, with about 31 percent sympathizing with the groups, 30 percent sympathizing with those that disagree with fundamentalists, and nearly 40 percent not choosing a side.

Just 36 percent say that rights for Coptic Christians and other religious minorities are a "very important" priority.

Kohut pointed to those results, and the fact that 62 percent of respondents said laws should follow the teachings of the Quran, as evidence of the diverse attitudes towards religion in the country.

Attitudes towards the United States remain less than warm -- only 20 percent have a favorable opinion of the United States, slightly higher than the 17 percent last year, and only 22 percent thought the U.S. had a positive impact on the political situation in Egypt, while 39 percent thought the impact was negative. President Obama's response to the shifting political winds in the Middle East failed to win over a majority of Egyptians: 45 percent approve of his response, 52 percent disapprove.

Corruption, lack of democracy and lack of economic prosperity have all weighed heavily on Egyptians in recent years, the survey found. Improving economic conditions rated as a very important priority for Egypt going forward by 82 percent of respondents, just above forming a fair judicial system, and well above honest elections, which were prioritized by 55 percent of respondents.

Women's rights and religious freedom for minorities are considered very important by 39 and 36 percent of the polling pool, respectively.




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